El martes llego a Madrid mi mejor amigo, Cristian. Él es italiano, concretamente de Spoleto. Vino también con sus amigos, Christian y Simone. Me avisó una semana antes, por lo que me puse como loca a planificar donde y cuándo iriamos a ver Madrid. El primer día, les llevé a visitar la Gran Vía. Como vivo en las afueras, tuvimos que ir en transporte público, que por cierto, está muy caro. Llegamos en metro hasta Sol, tuvimos alguna que otra dificultad para salir del metro a la gran plaza. Cuando comenzamos ha ascender por las escaleras automáticas, se dejaron ver las cupulas de la boca del metro, empapeladas con frases de denuncia e indignación. Se quedaron boquiabiertos. Nos llevo algo más de media hora cruzar la plaza, por la inmensa concentración de gente, parando en cada puesto de información, ayuda, comida, descanso. Viendo a todas las personas organizando aquello, también me sorprendió a mi. Gastamos la tarde paseando por los alrededores, fuimos tanto al Templo de Debod, como a Plaza España, y toda la Gran Vía. Cuando volvimos a casa estabamos exaustos, y no dejaban de repetir algo así como: "Mamma mia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario